Se acerca el amanecer, el sol sale suavemente como al final de un largo y dulce sueño.
El cielo se ilumina y veo aparecer el horizonte, dándome la esperanza de que todo puede ser infinito...
Los colores, calentados por los rayos, se transforman, dando paso poco a poco a mi imaginación...
La belleza salvaje de estas curvas barridas por el viento se funde para formar dunas irregulares que me transmiten una sensación de libertad.
Me siento tan cerca y tan en casa en medio de esta naturaleza tan familiar y tan desconocida al mismo tiempo.
Me empapo de estos momentos mágicos para guardar un recuerdo único y auténtico, que quedará anclado en mí para tranquilizarme cuando me inunde la melancolía.
Este esplendor anuncia la inspiración y revela los matices de este hermoso verano que se avecina....
Una vez más, mi sensibilidad se ha visto profundamente conmovida, y doy gracias al Cielo por haberme ofrecido una vez más este momento de gracia.